En abril de 1959 correspondía al grupo de primer año de la Escuela Normal Fronteriza realizar su segunda práctica intensiva. La primera había sido en diciembre del año anterior en escuelas rurales, ahora serían en la ciudad, en las grandes escuelas, donde los grupos eran de 55 o 60 alumnos. Para los jóvenes aspirantes a profesores era todo un reto, considerando la falta de conocimientos, experiencia y escasos años de edad.
Me correspondió practicar en la escuela Benito Juárez, esa gran escuela de concreto, demolida durante el gobierno de Milton Castellanos Everardo, para en su lugar construir el edificio actual, feo y deficiente. Me práctica en un grupo de tercer año. Acudí a la escuela, a solicitar los temas a la profesora María de Jesús Palacios. De entrada me impactó aquel salón en un subterráneo y lo peor, ¡había 60 niños!
Me dediqué a preparar los temas indicados y llegó el día de presentarme a trabajar con el grupo. Recibí una desagradable sorpresa, la profesora no estaba, no estaría esas dos semanas, por un infausto acontecimiento que conmocionó a Mexicali y al estado. En un accidente de aviación había fallecido la ex diputada Aurora Jiménez de Palacios, esposa del licenciado José Cruz Palacios y cuñada de la profesora Palacios, motivo por la que no se presentaría esas dos semanas
La noticia conmovió a la sociedad mexicalense, porque la joven licenciada Jiménez, de apenas 32 años, era entonces regidora y por su capacidad y dedicación se perfilaba para ascender en la actividad política. Al cruzarse ese hecho histórico con mi vida personal, su muerte estuvo a punto de cambiar mi destino, porque atender 60 niños que hablaban y brincaban por todos lados, a los 16 años y sin la profesora del grupo, no fue fácil. Pensé en renunciar a la práctica docente y en consecuencia a la Normal, pero algo me sostuvo, seguí y concluí mis estudios.
Por esa mínima relación, el nombre de la licenciada Jiménez está ligado a mis inicios como docente y muchos años después, en 1996, por invitación de Aidé Grijalva, entonces representante de la UABC en el Distrito Federal, asistí al Congreso de la Unión, cuando designaron al taller “El Congreso de los Jóvenes” con su nombre. De ahí mi interés por conocer lo relacionado a esa etapa, donde se conjugan el nacimiento del Estado de Baja California, el primer Congreso Constituyente y el derecho de la mujer a votar y ser votada en Baja California, antes que fuera concedido a nivel nacional.
El 31 de diciembre de 1951 el presidente Miguel Alemán, envió al Congreso de la Unión el decreto que creaba el estado de Baja California, el cual se publicó el 16 de enero de 1952 en el Diario Oficial de la Federación . Era gobernador del entonces Territorio de Baja California el licenciado Alfonso García González, quien fue designado gobernador provisional del nuevo estado, en tanto se elegía al gobernador constitucional de Baja California. A él correspondió lanzar la convocatoria para elegir a los 7 diputados constituyentes que redactaron la Constitución del estado.
A nivel nacional, desde principios del siglo XX las mujeres lucharon por su reivindicación política. En Yucatán (1922) y en Chiapas y Tabasco (1925), las mujeres habían logrado el derecho a votar, pero sólo en elecciones locales. El presidente Cárdenas en su informe de gobierno de 1937 propuso el voto para la mujer, reiteró la petición los dos años siguientes, pero aunque los diputados lo aceptaron, las legislaturas de los estados no lo hicieron, por el temor de que el voto femenino fuera para la ultraderecha
Debo también hablar ante vuestra honorable representación sobre la necesidad que existe de que se reforme el Código del país en la forma más adecuada, para que la mujer , mitad integral de la sociedad mexicana y de la ciudadanía, sea rehabilitada como es debido y conviene a la dignidad de un pueblo que ha enarbolado la bandera de reivindicaciones en que están inscritos todos los derechos y que, sin embargo, deja y permite que las leyes coloquen a la mujer en un plano de inferioridad, al rehusarle el más trascendental de los derechos cívicos: el del voto.
Fue hasta 1947 cuando se promulgó el voto femenino a nivel nacional, pero sólo para elecciones municipales. El 30 de abril de 1948, el representante mexicano firmó en Bogotá la Convención Interamericana sobre concesión de Derechos Civiles a la Mujer. Cinco años después, el 17 de octubre de 1953, el presidente Adolfo Ruíz Cortines, decretó el derecho de las mujeres mayores de 21 años, para elegir y ser elegida para todos los cargos políticos.
En Baja California, la Constitución fue publicada el 16 de agosto de 1953 y establecía las bases para elegir los poderes del estado. Algo muy importante que se plasmó en ella, antes que a nivel nacional, fue el derecho de la mujer a votar. En la exposición de motivos de la Constitución, respecto al voto femenino expresa:
Una de las más importantes novedades que contiene la carta magna del estado es la relativa a los derechos políticos de la mujer. Ojalá que este nuevo campo que se abre al sector femenino no quebrante la paz de los hogares y que el concurso de la mujer en cuestiones políticas, ayude a depurar las faltas hasta hoy conocidas y a realizar una mejor selección de los funcionarios por medio del voto popular
Estos derechos quedaron inscritos en el artículo 98 Constitucional:
“En el estado, las mujeres tienen los mismos derechos civiles y políticos que los hombres, podrán ser electas y tendrán derecho al voto en cualquier elección, siempre que reúnan los requisitos que señale la ley”
Como resultado de este derecho constitucional, 55 852 mujeres y 58 570 hombres se empadronaron para votar el 25 de octubre de 1953. Por primera vez las mujeres tuvieron el derecho a elegir a un gobernante en nuestro país. Sin embargo, algunos hombres miraban serios problemas sociales en ejercer este derecho. En el “Digesto constitucional mexicano, la Constitución de Baja California”, se relata la opinión de un periodista, quien en el Heraldo de Tijuana escribió el 19 de agosto de 1953:
Para la mujer, especialmente la que es madre, va a significar un trastorno considerable el votar. Tendrá el problema de tener que desatender sus quehaceres domésticos y el todavía más agudo de tener que dejar sin cuidado alguno a sus hijos de corta edad. No podrá disponer de otra persona que se encargue de ellos, mientras acude a la casilla que le corresponde, porque la amiga o servidora a quien podría confiárselos provisionalmente, tendrá que acudir también a votar.
Por su cercanía a la mujer, se puede pensar proclive a votar por los partidos católicos, pero la mujer conciente debe tomar en cuenta que fue el PRI el que le dio el voto.
El candidato del PRI, Braulio Maldonado Sández fue electo gobernador constitucional de Baja California, lo mismo que todos los candidatos del PRI que formarían la primera legislatura Constitucional del estado de Baja California. Pese al nuevo derecho adquirido por las mujeres, menos de la mitad participó, 29 383 eligieron gobernador en esa elección de Baja California, la primera en todo el país donde ellas podían votar para elegir gobernador de un estado.
Destacó en la campaña para gobernador la joven abogada Aurora Jiménez de Palacios que poco antes había llegado acompañando a su esposo, el también licenciado José Cruz Palacios Sánchez. Al iniciar el primer gobierno constitucional, el 1 de diciembre de 1953, la licenciada Jiménez ocupó puestos muy cercanos al gobernador y a su esposa Carlota Sosa de Maldonado.
Ceremonia de honores a la bandera presidida por el gobernador Braulio Maldonado. La única mujer era Aurora Jiménez de Palacios
Baja California contaba con un diputado, pero el artículo 52 constitucional establecía que por cada 170 000 habitantes debía haber un diputado o por una fracción que pasara de 80 000, como era el caso del nuevo estado. En base a esos derechos, en diciembre de 1953, los diputados del solicitaron a la Cámara de Diputados que se convocara a elecciones para elegir un segundo diputado por Baja California.
Considerando el derecho de Baja California a contar con dos diputados de acuerdo a su nueva categoría de estado y al número de habitantes, se aceptó lanzar la convocatoria para nuevas elecciones. En la sesión de trabajo del 26 de diciembre se aprobó la iniciativa presidencial para convocar a elecciones extraordinarias en Baja California, las que debían celebrarse el primer domingo de julio de 1954 y quienes resultaran electos como diputados propietario y suplente, terminarían su periodo en agosto de 1955.
Se designo como candidata a diputada propietaria a la licenciada Aurora Jiménez de Palacios y como suplente a Onésimo López. El 4 de julio se realizaron las elecciones y la planilla del PRI obtuvo 34 685 votos. Pero, ¿Quién era Aurora Jiménez de Palacios? Sus propias palabras expresadas al Noticiero Gráfico en 1954, dan una breve reseña de su corta vida.
Nací hace 28 años… en Tecuala del estado de Nayarit; hace siete que resido en Mexicali, en mi profesión de Derecho, juntamente con mi esposo, José Cruz Palacios, también abogado. Estudié la preparatoria en Tepic y me gradué en la Universidad de Guadalajara.
Desde aquellos días comprendí que la misión que me correspondía cumplir era una misión asistencial: mi tesis fue un estudio sobre “El régimen de seguridad social en México”.
Desde entonces, el tema nunca se ha apartado de mis preocupaciones… Si, ya en mis años de estudiante defendí los derechos de la mujer en todas las esferas, particularmente las políticas que están íntimamente ligadas a las sociales. En esta relación creo que radica el punto del acierto: lo político no es nada sin lo social y tal vez en ese sentido es donde las mujeres tengamos que luchar más, obtener los mejores éxitos y lograr los mayores beneficios para nuestra patria.
También luché por la autonomía del estado de Baja California, porque yo, que le conozco, pienso que ha llegado a su mayoría de edad y era un contrasentido mantenerlo tan solo como territorio…
Mi actuación en la lucha política de México será la de una mujer que ama preferentemente a su patria, defenderé siempre los sagrados derechos de la mujer como ciudadana…
Las elecciones fueron declaradas válidas y la diputada Jiménez inició su actividad parlamentaria en medio de un mundo de hombres, pues era la primera y única diputada en la Cámara. El 7 de septiembre de 1954, Aurora Jiménez de Palacios subió por primera vez las escalinatas del antiguo Teatro Iturbide en el Distrito Federal, por la calle de Donceles, donde entonces estaba la Cámara de Diputados. Políticos, hombres del pueblo y sobre todo mujeres le dieron la bienvenida y grandes demostraciones de apoyo.
Ella ofreció trabajar por la mujer, defender la niñez desvalida y convertirse en paladín de las causas justas dentro y fuera de la Cámara para responder con una labor de actividad constante a quienes tuvieron fe en ella. Dijo que su responsabilidad era tan grande como su deseo de servir a México
Aurora Jiménez de Palacios fue también esposa y madre, forjadora de una familia. Tuvo dos hijos; Cuauhtémoc y Martha. Su hija Martha Palacios Jiménez siguió sus pasos en la política y actualmente es regidora del ayuntamiento de Mexicali (2007-2010). Otra faceta de su personalidad fue la creatividad poética. Dedicó a su esposo; el licenciado Palacios el poema “El niño de cabellos de oro”
Eres un hombre y a la vez un niño
El día que llegaste a darme tu cariño
Un hombre que deseaba a la mujer
Un niño que deseaba un cariño
Y así hemos seguido eternamente
Como el hombre que besa ardiente
Y como el niño de cabellos de oro
Si del niño sus cabellos se hacen blancos
Y del hombre su pasión se acaba
Al niño arrullaré yo con mis cantos
Y del hombre seré su fiel esclava
Con Aurora Jiménez de Palacios se abrieron las puertas de la Cámara a las mujeres mexicanas para incorporarse a la vida política y legislativa del país. Su voz de mujer, de luchadora social, se escuchó por primera vez en Donceles en septiembre de 1954. Con sus reconocidas dotes de oradora abogaba por los derechos de las mujeres y de los que menos tienen.
Su periodo en la Cámara de Diputados fue corto, por las circunstancias en que se dio la elección extraordinaria, que el 4 de julio de 1954 la convirtió en la primera diputada del país. Como establecía la convocatoria, su periodo terminó el 31 de agosto del siguiente año. Sin embargo, su participación como legisladora señaló el inicio del derecho de las mujeres a aspirar a esa actividad política. En las elecciones de 1955 cuatro mujeres fueron electas diputadas federales.
Igual que su actividad política, la vida de la primera diputada federal en el país fue también muy corta, con apenas 32 años, el 15 de abril de 1959 falleció en un accidente de aviación
(Foto y artículo publicado por Yolanda Sánchez Ogás en la revista de la Sociedad de Historia Centenario de Mexicali. Octubre_diciembre de 2009)
Me correspondió practicar en la escuela Benito Juárez, esa gran escuela de concreto, demolida durante el gobierno de Milton Castellanos Everardo, para en su lugar construir el edificio actual, feo y deficiente. Me práctica en un grupo de tercer año. Acudí a la escuela, a solicitar los temas a la profesora María de Jesús Palacios. De entrada me impactó aquel salón en un subterráneo y lo peor, ¡había 60 niños!
Me dediqué a preparar los temas indicados y llegó el día de presentarme a trabajar con el grupo. Recibí una desagradable sorpresa, la profesora no estaba, no estaría esas dos semanas, por un infausto acontecimiento que conmocionó a Mexicali y al estado. En un accidente de aviación había fallecido la ex diputada Aurora Jiménez de Palacios, esposa del licenciado José Cruz Palacios y cuñada de la profesora Palacios, motivo por la que no se presentaría esas dos semanas
La noticia conmovió a la sociedad mexicalense, porque la joven licenciada Jiménez, de apenas 32 años, era entonces regidora y por su capacidad y dedicación se perfilaba para ascender en la actividad política. Al cruzarse ese hecho histórico con mi vida personal, su muerte estuvo a punto de cambiar mi destino, porque atender 60 niños que hablaban y brincaban por todos lados, a los 16 años y sin la profesora del grupo, no fue fácil. Pensé en renunciar a la práctica docente y en consecuencia a la Normal, pero algo me sostuvo, seguí y concluí mis estudios.
Por esa mínima relación, el nombre de la licenciada Jiménez está ligado a mis inicios como docente y muchos años después, en 1996, por invitación de Aidé Grijalva, entonces representante de la UABC en el Distrito Federal, asistí al Congreso de la Unión, cuando designaron al taller “El Congreso de los Jóvenes” con su nombre. De ahí mi interés por conocer lo relacionado a esa etapa, donde se conjugan el nacimiento del Estado de Baja California, el primer Congreso Constituyente y el derecho de la mujer a votar y ser votada en Baja California, antes que fuera concedido a nivel nacional.
El 31 de diciembre de 1951 el presidente Miguel Alemán, envió al Congreso de la Unión el decreto que creaba el estado de Baja California, el cual se publicó el 16 de enero de 1952 en el Diario Oficial de la Federación . Era gobernador del entonces Territorio de Baja California el licenciado Alfonso García González, quien fue designado gobernador provisional del nuevo estado, en tanto se elegía al gobernador constitucional de Baja California. A él correspondió lanzar la convocatoria para elegir a los 7 diputados constituyentes que redactaron la Constitución del estado.
A nivel nacional, desde principios del siglo XX las mujeres lucharon por su reivindicación política. En Yucatán (1922) y en Chiapas y Tabasco (1925), las mujeres habían logrado el derecho a votar, pero sólo en elecciones locales. El presidente Cárdenas en su informe de gobierno de 1937 propuso el voto para la mujer, reiteró la petición los dos años siguientes, pero aunque los diputados lo aceptaron, las legislaturas de los estados no lo hicieron, por el temor de que el voto femenino fuera para la ultraderecha
Debo también hablar ante vuestra honorable representación sobre la necesidad que existe de que se reforme el Código del país en la forma más adecuada, para que la mujer , mitad integral de la sociedad mexicana y de la ciudadanía, sea rehabilitada como es debido y conviene a la dignidad de un pueblo que ha enarbolado la bandera de reivindicaciones en que están inscritos todos los derechos y que, sin embargo, deja y permite que las leyes coloquen a la mujer en un plano de inferioridad, al rehusarle el más trascendental de los derechos cívicos: el del voto.
Fue hasta 1947 cuando se promulgó el voto femenino a nivel nacional, pero sólo para elecciones municipales. El 30 de abril de 1948, el representante mexicano firmó en Bogotá la Convención Interamericana sobre concesión de Derechos Civiles a la Mujer. Cinco años después, el 17 de octubre de 1953, el presidente Adolfo Ruíz Cortines, decretó el derecho de las mujeres mayores de 21 años, para elegir y ser elegida para todos los cargos políticos.
En Baja California, la Constitución fue publicada el 16 de agosto de 1953 y establecía las bases para elegir los poderes del estado. Algo muy importante que se plasmó en ella, antes que a nivel nacional, fue el derecho de la mujer a votar. En la exposición de motivos de la Constitución, respecto al voto femenino expresa:
Una de las más importantes novedades que contiene la carta magna del estado es la relativa a los derechos políticos de la mujer. Ojalá que este nuevo campo que se abre al sector femenino no quebrante la paz de los hogares y que el concurso de la mujer en cuestiones políticas, ayude a depurar las faltas hasta hoy conocidas y a realizar una mejor selección de los funcionarios por medio del voto popular
Estos derechos quedaron inscritos en el artículo 98 Constitucional:
“En el estado, las mujeres tienen los mismos derechos civiles y políticos que los hombres, podrán ser electas y tendrán derecho al voto en cualquier elección, siempre que reúnan los requisitos que señale la ley”
Como resultado de este derecho constitucional, 55 852 mujeres y 58 570 hombres se empadronaron para votar el 25 de octubre de 1953. Por primera vez las mujeres tuvieron el derecho a elegir a un gobernante en nuestro país. Sin embargo, algunos hombres miraban serios problemas sociales en ejercer este derecho. En el “Digesto constitucional mexicano, la Constitución de Baja California”, se relata la opinión de un periodista, quien en el Heraldo de Tijuana escribió el 19 de agosto de 1953:
Para la mujer, especialmente la que es madre, va a significar un trastorno considerable el votar. Tendrá el problema de tener que desatender sus quehaceres domésticos y el todavía más agudo de tener que dejar sin cuidado alguno a sus hijos de corta edad. No podrá disponer de otra persona que se encargue de ellos, mientras acude a la casilla que le corresponde, porque la amiga o servidora a quien podría confiárselos provisionalmente, tendrá que acudir también a votar.
Por su cercanía a la mujer, se puede pensar proclive a votar por los partidos católicos, pero la mujer conciente debe tomar en cuenta que fue el PRI el que le dio el voto.
El candidato del PRI, Braulio Maldonado Sández fue electo gobernador constitucional de Baja California, lo mismo que todos los candidatos del PRI que formarían la primera legislatura Constitucional del estado de Baja California. Pese al nuevo derecho adquirido por las mujeres, menos de la mitad participó, 29 383 eligieron gobernador en esa elección de Baja California, la primera en todo el país donde ellas podían votar para elegir gobernador de un estado.
Destacó en la campaña para gobernador la joven abogada Aurora Jiménez de Palacios que poco antes había llegado acompañando a su esposo, el también licenciado José Cruz Palacios Sánchez. Al iniciar el primer gobierno constitucional, el 1 de diciembre de 1953, la licenciada Jiménez ocupó puestos muy cercanos al gobernador y a su esposa Carlota Sosa de Maldonado.
Ceremonia de honores a la bandera presidida por el gobernador Braulio Maldonado. La única mujer era Aurora Jiménez de Palacios
Baja California contaba con un diputado, pero el artículo 52 constitucional establecía que por cada 170 000 habitantes debía haber un diputado o por una fracción que pasara de 80 000, como era el caso del nuevo estado. En base a esos derechos, en diciembre de 1953, los diputados del solicitaron a la Cámara de Diputados que se convocara a elecciones para elegir un segundo diputado por Baja California.
Considerando el derecho de Baja California a contar con dos diputados de acuerdo a su nueva categoría de estado y al número de habitantes, se aceptó lanzar la convocatoria para nuevas elecciones. En la sesión de trabajo del 26 de diciembre se aprobó la iniciativa presidencial para convocar a elecciones extraordinarias en Baja California, las que debían celebrarse el primer domingo de julio de 1954 y quienes resultaran electos como diputados propietario y suplente, terminarían su periodo en agosto de 1955.
Se designo como candidata a diputada propietaria a la licenciada Aurora Jiménez de Palacios y como suplente a Onésimo López. El 4 de julio se realizaron las elecciones y la planilla del PRI obtuvo 34 685 votos. Pero, ¿Quién era Aurora Jiménez de Palacios? Sus propias palabras expresadas al Noticiero Gráfico en 1954, dan una breve reseña de su corta vida.
Nací hace 28 años… en Tecuala del estado de Nayarit; hace siete que resido en Mexicali, en mi profesión de Derecho, juntamente con mi esposo, José Cruz Palacios, también abogado. Estudié la preparatoria en Tepic y me gradué en la Universidad de Guadalajara.
Desde aquellos días comprendí que la misión que me correspondía cumplir era una misión asistencial: mi tesis fue un estudio sobre “El régimen de seguridad social en México”.
Desde entonces, el tema nunca se ha apartado de mis preocupaciones… Si, ya en mis años de estudiante defendí los derechos de la mujer en todas las esferas, particularmente las políticas que están íntimamente ligadas a las sociales. En esta relación creo que radica el punto del acierto: lo político no es nada sin lo social y tal vez en ese sentido es donde las mujeres tengamos que luchar más, obtener los mejores éxitos y lograr los mayores beneficios para nuestra patria.
También luché por la autonomía del estado de Baja California, porque yo, que le conozco, pienso que ha llegado a su mayoría de edad y era un contrasentido mantenerlo tan solo como territorio…
Mi actuación en la lucha política de México será la de una mujer que ama preferentemente a su patria, defenderé siempre los sagrados derechos de la mujer como ciudadana…
Las elecciones fueron declaradas válidas y la diputada Jiménez inició su actividad parlamentaria en medio de un mundo de hombres, pues era la primera y única diputada en la Cámara. El 7 de septiembre de 1954, Aurora Jiménez de Palacios subió por primera vez las escalinatas del antiguo Teatro Iturbide en el Distrito Federal, por la calle de Donceles, donde entonces estaba la Cámara de Diputados. Políticos, hombres del pueblo y sobre todo mujeres le dieron la bienvenida y grandes demostraciones de apoyo.
Ella ofreció trabajar por la mujer, defender la niñez desvalida y convertirse en paladín de las causas justas dentro y fuera de la Cámara para responder con una labor de actividad constante a quienes tuvieron fe en ella. Dijo que su responsabilidad era tan grande como su deseo de servir a México
Aurora Jiménez de Palacios fue también esposa y madre, forjadora de una familia. Tuvo dos hijos; Cuauhtémoc y Martha. Su hija Martha Palacios Jiménez siguió sus pasos en la política y actualmente es regidora del ayuntamiento de Mexicali (2007-2010). Otra faceta de su personalidad fue la creatividad poética. Dedicó a su esposo; el licenciado Palacios el poema “El niño de cabellos de oro”
Eres un hombre y a la vez un niño
El día que llegaste a darme tu cariño
Un hombre que deseaba a la mujer
Un niño que deseaba un cariño
Y así hemos seguido eternamente
Como el hombre que besa ardiente
Y como el niño de cabellos de oro
Si del niño sus cabellos se hacen blancos
Y del hombre su pasión se acaba
Al niño arrullaré yo con mis cantos
Y del hombre seré su fiel esclava
Con Aurora Jiménez de Palacios se abrieron las puertas de la Cámara a las mujeres mexicanas para incorporarse a la vida política y legislativa del país. Su voz de mujer, de luchadora social, se escuchó por primera vez en Donceles en septiembre de 1954. Con sus reconocidas dotes de oradora abogaba por los derechos de las mujeres y de los que menos tienen.
Su periodo en la Cámara de Diputados fue corto, por las circunstancias en que se dio la elección extraordinaria, que el 4 de julio de 1954 la convirtió en la primera diputada del país. Como establecía la convocatoria, su periodo terminó el 31 de agosto del siguiente año. Sin embargo, su participación como legisladora señaló el inicio del derecho de las mujeres a aspirar a esa actividad política. En las elecciones de 1955 cuatro mujeres fueron electas diputadas federales.
Igual que su actividad política, la vida de la primera diputada federal en el país fue también muy corta, con apenas 32 años, el 15 de abril de 1959 falleció en un accidente de aviación
(Foto y artículo publicado por Yolanda Sánchez Ogás en la revista de la Sociedad de Historia Centenario de Mexicali. Octubre_diciembre de 2009)
Gracias por compartir lo que sabes en tu escrito. Trabajo en la escuela que lleva su nombre, en la colonia que lñleva su nombre en Mexicali, y siempre busco informacion del nombre de las escuelas donde he trabajado. Creo que el accidente de aviacion en que murio fue un tanto extraño.
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