jueves, 28 de octubre de 2010

Altares de muertos en Mexicali

BAJO EL SOL DE MEXICALI
YOLANDA SANCHEZ OGAS
CRONISTA DEL VALLE DE MEXICALI

A finales de la década de los años cuarenta, las costumbres de nuestros vecinos del norte ya permeaban a la sociedad mexicalense. En la zona urbana, entre las clases media y alta eran comunes los “pijama party” y la celebración de “halloween”. Esta última, en clubes y escuelas se celebraba con profusión y no eran pocos los bailes de halloween que celebraba la alta sociedad.

En los jardines de niños y escuelas primarias, si no todos, muchos profesores organizaban desfiles alrededor del centro escolar y pedían a sus alumnos dulces y disfraces. En las secundarias, la mayoría de los grupos organizaban fiestas caseras, donde lo más importante era el disfraz, entre más terrorífico, mejor.

Esta situación se mantuvo durante varias décadas, pero a principios de la década de los años 80, se montaron las primeras ofrendas. En el museo Hombre, Naturaleza y Cultura (ahora Centro de Estudios Culturales, UABC), con la asesoría de la señora Guadalupe de López Moctezuma, originaria de Michoacán, se montó la primera ofrenda de muertos al estilo de aquel estado.

Los siguientes años, Cristina Rodríguez, directora de Vinculación Educativa del Gobierno del Estado, organizó varios concursos escolares de ofrendas. Fue el despertar del interés de una tradición mexicana, que si bien no se originó en nuestro estado, fue parte del bagaje cultural que trajeron miles de migrantes integrados a la sociedad bajacaliforniana

Resulta casi imposible erradicar una costumbre de más de medio siglo, sobre todo por la penetración de la comercialización, pero la costumbre de halloween ha disminuido. El sector educativo, desde preescolar hasta la universidad cambió ese festejo por la tradición del día de muertos y casi todas las instituciones oficiales montan una ofrenda.

Es positivo el tiempo que se dedique a hacer un recorrido por las diversas ofrendas que están expuestas al público. Además de admirar una tradición, se puede disfrutar del colorido y variedad de elementos como papel picado, frutas y comidas. Algunos lugares donde se montan ofrendas son la Casa de la Cultura, el CREA, en diferentes facultades de la UABC, oficinas de gobierno, palacio municipal, etc.

La ofrenda montada en la Casa de la Cultura es muy interesante y tiene que ver con los festejos de los 400 años de publicación del Quijote. La ofrenda gira alrededor de este personaje. Sobresale el papel picado con su imagen y las esculturas de papel, representando al Quijote y su caballo Rocinante.

Expuesta ante el paso de miles de mexicalenses y estadunidenses que cruzan la línea divisoria con Caléxico se encuentra una ofrenda colocada por los comerciantes oaxaqueños que exponen artesanías en el parque Chapultepec. Está dedicada a los miles de migrantes que intentaron cruzar ilegalmente hacia aquel país, sin lograrlo y en lugar del sueño americano encontraron la muerte.

La ofrenda, entre sus elementos representativos enfatiza esas muertes mediante un grupo de 13 cruces alumbradas por velas. Es apenas una ofrenda, pero impacta por todo lo que significa la migración, aún para quienes logran llegar allá; abandonar la familia, el terruño, costumbres y querencias. Significa también enfrentarse al resentimiento contra un país que no supo darles lo que ocupaban para continuar en él.

En el parque Vicente Guerrero están algunos miembros de la Unión de Productores y Artesanos Oaxaqueños en Movimiento. Son productores de artesanías que se han visto obligados a salir de su estado por falta de mercado en aquel lugar y desde hace cinco años acuden a Mexicali a exponer sus productos. Estuvimos en el encendido de veladoras, al cual fue invitada la señora Cristina Terán, directora de IMACUM

Sobre la ofrenda, Luis Cervantes, dirigente de la UPAOM, dice que la montan aquí porque aunque estén lejos de su tierra, es la forma de mantener en su pensamiento y sentimientos a los seres queridos ya fallecidos. Es costumbre que la noche del 1 de noviembre se enciendan las veladoras para que los difuntos encuentren el camino a su casa. Los asistentes toman mezcal y otras bebidas para recibirlos.

Guadalupe Trejo, miembro de la UPAOM comenta que en Oaxaca, cada familia monta dos ofrendas, una en el panteón y otra en su casa. Deben tener 7 escalones, que representan los siete niveles que asciende el difunto para llegar a su destino final. Se ofrenda a los difuntos alimentos que les gustaban y son exclusivamente para ellos, nadie debe probarlos porque se considera falta de respeto al alma del difunto que llega.

Para los parientes y amigos que ese día llegan a visitar a la familia se hacen ollas de mole, tamales, chocolate y otros alimentos, así como bebidas que se les ofrecen. En el encendido de veladoras de este año se ofrendaron a los asistentes tamales oaxaqueños, chocolate y pan de muerto.

Actualmente esta tradición mexicana ha trascendido lo oficial para llegar a otros importantes sectores de la sociedad. Nos da una medida de la importancia que ha adquirido la tradición del día de muertos, cuando empresas donde el tiempo es sumamente valioso, como es Kenwoorth. organizan un concurso de ofrendas.

Es interesante saber que ingenieros con una formación estrechamente ligada a las ciencias exactas, a la productividad, se introducen a la investigación social y humanística, como es la relacionada con las tradiciones del día de muertos y el montaje de ofrendas, en cada departamento. Apenas el año pasado iniciaron montando dos ofrendas y este año ya fueron ocho las que participaron en el concurso interno.

Acostumbrados a hacer las cosas bien, el personal de cada departamento buscó la información necesaria para montar ofrendas que contuvieran todos los elementos básicos de la mejor manera posible. Personal del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Mexicali formaron el jurado calificador.


Publicado en el periódico La Crónica de Mexicali

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