Yolanda Sánchez Ogás
En 1923, Abelardo Rodríguez fue gobernador de Baja California, cargo que ocupó hasta 1929. El gobernador era un hombre interesado en la aviación y en Tijuana había montado una fábrica para construir aviones. En ese tiempo también, se generó en otras personas el interés por la aviación comercial y por contar con un aeropuerto. En Mexicali se autorizó el uso de un terreno localizado en la Sección Segunda, al oeste de la ciudad, a unos 150 metros al oriente del palacio de gobierno y a 160 metros de la línea internacional. Era un terreno irregular, de 48 hectáreas y 67 áreas.
El terreno tenía las siguientes colindancias; al norte, canal de por medio 330 metros con la avenida Madero; al sur en 390 metros con la calle Zaragoza; al noroeste y este en 960 metros con el ejido Zacatecas; al suroeste en 480 metros con terrenos de la Colorado River Land Company; al suroeste en 195 metros con la calle Zaragoza, al oeste en 510 metros con terrenos de la ciudad y al noroeste en 330 metros, canal de por medio con las manzanas 87 y 88 de la ciudad.
El 27 de febrero de 1929 se iniciaron los trabajos con una inversión inicial de 12 pesos diarios para pago de un fresno, tronco de mulas y sueldo de arreador por 4 días. Del 4 al 16 de marzo se pagaron $182.00 a jornaleros por limpiar el terreno, en 12 días de trabajo. En ese mes se excavó el pozo para enterrar los tanques de gasolina y se colocó el alumbrado de 3000 watts, por la W. H. Hamann Electric de Caléxico. El taller de reparación de aviones lo construyó Ventura Jaúregui en el mismo mes. Las primeras oficinas del aeropuerto y Mexicana de Aviación estuvieron en el hotel Comercial.
El aeropuerto fue construido por el gobierno del Territorio e inaugurado en 1929 y se le llamó Emilio Carranza. Originalmente fue un aeropuerto militar, su hangar tenía cupo para 5 aviones militares. La Compañía Mexicana de Aviación tenía la única concesión del aeropuerto, pero en 1932 le fue concedido permiso también a la Compañía de Servicios Centrales. Su ruta salía de México a Tijuana con varias escalas; Hermosillo Ciudad Obregón, Navojoa, Los Mochis, Culiacán, Mazatlán, Durango y León, Mexicali y Tijuana. El viaje duraba 11 horas 25 minutos. Otra compañía que llegó a Mexicali fue Líneas Aéreas Occidentales, a partir de 1934
Durante diez años el aeropuerto fue administrado por el gobierno y la compañía Mexicana de Aviación. En ese aeropuerto tuvieron lugar hechos notables para la época. En Tijuana, el gobernador había establecido una fábrica de aviones en 1927; la Compañía de Construcciones y Transportes S. A. durante el primer año de operaciones se construyeron tres aviones. Cuando se terminó el Baja California 1 y sucesivamente se construyeron los Baja California 2 y 3. Los pilotos de pruebas eran Rodolfo Fierro Villalobos y Luis Farrell Cubillas.
En esa fábrica de aviones trabajó el joven Antonio Magaña Navarro. El había llegado a Mexicali en 1927. Trabajó dos años con José María Rodríguez y aprendió mecánica. Allí conoció al gobernador Rodríguez, a quien le interesó por su afición a los aviones. Lo envió a trabajar a casa de su madre en San Diego y lo inscribió en el Instituto Mahomy Air Cost Corporation, donde se había construido el Espíritu de San Luis, de Charles Lindberg. Magaña terminó sus estudios en 1934 y regresó a Tijuana donde trabajó dos años y se relacionó con Rodolfo Fierro
Regresó a Mexicali en 1936 y poco después inició la construcción de un avión con el apoyo de un comité que encabezó el periodista Ángel Saldívar, con la participación de los profesores Héctor Migoni y Vicente Gastélum, Rodolfo Escamilla, Doctor Joaquín Galván y otros. En la escuela Industrial de Mexicali, donde ahora es el correo viejo, se terminó el avión que fue bautizado como “Mexicali”. Se programó su vuelo el 5 de marzo de 1937. El traslado del avión fue una fiesta para los mexicalenses, quienes acudieron a verlo pasar por la avenida Madero y Reforma.
El avión despegó y se elevó a unos tres mil pies de altura, se internó en territorio americano. El avión sufrió una falla y Magaña lo regresó a territorio de Mexicali, pero consideró que no era conveniente aterrizar en el aeropuerto, donde había unas 8 000 personas. El aterrizaje fue correcto, pero los surcos del terreno y la velocidad a que bajó destruyeron al avión. Antonio Magaña sólo sufrió algunas heridas.
Entre otros hechos importantes, en febrero de 1937 llegaron al aeropuerto de Mexicali los representantes de los agraristas Leonardo Guillén y Filiberto Crespo, quienes habían acudido a México a informar al Presidente Lázaro Cárdenas sobre el Asalto a las tierras Colorado River Land Company ocurrido en el valle de Mexicali, el 27 de enero. El presidente les entregó boletos para que regresaran en avión. Dos semanas después el aeropuerto se llenó de campesinos que esperaban la llegada de Gabino Vázquez, Jefe del Departamento Agrario, quien traía órdenes del presidente Cárdenas para realizar la reforma agraria en Baja California.
El Secretario de Comunicaciones y Transporte, Francisco J. Mújica pidió permiso para proteger en el hangar del aeropuerto al avión Stinson que vigilaba a la brigada de localización, durante la construcción de la vía del ferrocarril que unió a Baja California con el resto del país.
A finales de la década de los años treinta el aeropuerto quedaba ya en una zona muy céntrica y poblada, lo cual generaba diversos problemas. La gente que vivía alrededor del campo aéreo protestaba porque los aviones pasaban muy cerca de las casas. Por otra parte, la Compañía Mexicana de Aviación, que tenía la concesión del campo de aviación, protestaba porque los árboles sembrados en los alrededor eran en extremo peligrosos para los aviones.
El mismo gobierno del territorio, dueño de ese terreno, que había comprado a la Colorado River Land Company tenía el problema del crecimiento de la población y necesitaba los terrenos del aeropuerto, que ya tenían sistema de drenaje, para vender lotes y que se construyeran nuevas casas.
En 1937 se consideraba que el aeropuerto estaba en malas condiciones y la Secretaría de Guerra informó que “Se pretende retirarlo del servicio para fraccionar”. Para agosto de ese año se suspendieron los vuelos mientras se realizaban algunas obras de reconstrucción. El gobierno tuvo que hacer una inversión de $300 000 en la reconstrucción del aeropuerto, para que continuara funcionando.
Por el breve tiempo el servicio aéreo se suspendió, los empresarios protestaron por la falta de este servicio. Ellos aducían que la falta de otros medios de transporte y la lejanía de Baja California del centro del país, hacían indispensable el transporte aéreo. Fue necesario que el gobierno se avocara a buscar otro terreno donde pudiera establecerse un nuevo campo de aviación. Los representantes de las empresas mexicalenses gestionaron ante el gobernador la reanudación del servicio aéreo.
Las empresas que exigieron la reanudación del servicio aéreo fueron; la Cervecería de Mexicali, Chinese Ginning Company, las algodoneras McFadden y de Mexicali, Rivas y Compañía, Compañía Industrial Jabonera del Pacífico, Banco Mercantil, Compañía del Centro Mercantil de Baja California, Southern Sierras Power de México, Gallego y Alliegro, Compañía del Ferrocarril Inter_California, Expendio de Productos de Tocador y Belleza, Compañía de Hielo de Mexicali, Colorado River Land Company, Gallego Hermanos, Harinera de Mexicali, Compañía de Luz y Fuerza de Mexicali, Cervecería de Anza y Mexican Canal Company S. A.
El 23 de noviembre de 1937, el presidente Lázaro Cárdenas ordenó al gobernador Rodolfo Sánchez Taboada que entregara el aeropuerto a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, con todas las construcciones y accesorios que se utilizaban, para evitar que se cerrara y continuara abierto al servicio público. La entrega se hizo hasta el 4 de diciembre de 1939
En ese tiempo, el aeropuerto de Mexicali perdió su categoría de militar. Los 39 militares que prestaban sus servicios en el aeropuerto que fueron retirados. Durante la Segunda Guerra Mundial, el ex presidente Lázaro Cárdenas estableció la Jefatura Militar en Ensenada y ordenó la construcción del aeropuerto militar en El Ciprés. Sin embargo, ante la inminencia de la guerra, el Presidente Manuel Ávila Camacho, a través del Secretario de la Defensa Nacional ordenó al gobernador Sánchez Taboada que los ejidatarios dejaran libres los hangares que usaban como almacenes. Los hangares se trasladaron a Ensenada por orden del General de Brigada Juan Felipe Rico.
Desde principios de noviembre empezaron las pláticas entre los campesinos del ejido Coahuila y el gobierno, para acordar el traspaso de un terreno para el nuevo aeropuerto. El 1 de abril de 1940, el jefe de Aeronáutica Civil del país notificó al gobernador Rodolfo Sánchez Taboada, que el inspector Gonzalo Carrasco llegaría para recibir el nuevo campo de aterrizaje. Se hizo la entrega firmando el Ingeniero piloto aviador Gonzalo Carrasco por la SCOP, el ingeniero Manuel Fernández Guerra por parte del Departamento de Obras Públicas del Territorio, Salvador López, Jefe de Campo de Mexicana de Aviación y Luis G. Herrera por la Compañía Líneas Aéreas Norteñas.
Aeronáutica Civil recibió un terreno para el nuevo campo de aterrizaje localizado 700 metros al sureste de la ciudad, en el ángulo noroeste del terreno del ejido Coahuila. Era un terreno de forma rectangular de mil metros por lado, cien hectáreas en total. La SCOP recibió también las 7 lámparas de 3000 watts para aterrizajes nocturnos que se usaban en el antiguo aeropuerto.
El nuevo campo de aviación carecía de edificios y el gobernador Sánchez Taboada informó a la Dirección de Aeronáutica que su gobierno carecía de los recursos para realizar las obras que requería el nuevo campo de aviación. En cambio ofreció el hangar del viejo campo de aviación, que era metálico y desmontable, siempre y cuando la SCOP construyera un edificio en su lugar, debido a que funcionaba como almacén de la Sociedad de Interés Colectivo Agrícola.
Cuando los campesinos se enteraron del proyecto de desmantelar el hangar, se dirigieron al gobernador y al director general del Banco Ejidal, para que no se llevara a cabo el desmantelamiento, porque el hangar se les había cedido por órdenes del presidente Lázaro Cárdenas y lo utilizaban de almacén. Como respuesta a las acciones de los ejidatarios, el gobernador se comunicó con el Ingeniero Marte R. Gómez, Secretario de Agricultura y Fomento
Ampliando mi telegrama relativo, tengo el honor de informar a usted, que el hangar del campo de aviación de esta ciudad, el gobierno del territorio a mi cargo, desde el año de 1937, lo puso a disposición de los elementos ejidatarios de este territorio, para que establecieran la Sociedad de Interés Colectivo Agrícola del valle de Mexicali. Se ha estado ocupando el hangar con dicho objeto…En los terrenos aledaños a los que ocupa el hangar de referencia se puso un cerco de alambre que limita un patio donde actualmente están las trilladoras de la Central de Maquinaria y establecieron una pequeña fábrica de sodas con un sencillo jacalón de adobe y lámina. Al retirar el hangar para el nuevo campo de aviación, el terreno sigue a disposición de la sociedad tantas veces mencionada, donde puede construir un local con bajo costo que satisfaga sus necesidades…
En el acto de recibir el nuevo campo, a la Compañía Mexicana de Aviación se le dieron 45 días para acondicionar el campo y realizar las obras necesarias para atender al pasaje, sin embargo la Compañía solicitó se ampliara el tiempo hasta 90 días. Así se inició la construcción de lo que sería otro nuevo aeropuerto para Mexicali.
El terreno tenía las siguientes colindancias; al norte, canal de por medio 330 metros con la avenida Madero; al sur en 390 metros con la calle Zaragoza; al noroeste y este en 960 metros con el ejido Zacatecas; al suroeste en 480 metros con terrenos de la Colorado River Land Company; al suroeste en 195 metros con la calle Zaragoza, al oeste en 510 metros con terrenos de la ciudad y al noroeste en 330 metros, canal de por medio con las manzanas 87 y 88 de la ciudad.
El 27 de febrero de 1929 se iniciaron los trabajos con una inversión inicial de 12 pesos diarios para pago de un fresno, tronco de mulas y sueldo de arreador por 4 días. Del 4 al 16 de marzo se pagaron $182.00 a jornaleros por limpiar el terreno, en 12 días de trabajo. En ese mes se excavó el pozo para enterrar los tanques de gasolina y se colocó el alumbrado de 3000 watts, por la W. H. Hamann Electric de Caléxico. El taller de reparación de aviones lo construyó Ventura Jaúregui en el mismo mes. Las primeras oficinas del aeropuerto y Mexicana de Aviación estuvieron en el hotel Comercial.
El aeropuerto fue construido por el gobierno del Territorio e inaugurado en 1929 y se le llamó Emilio Carranza. Originalmente fue un aeropuerto militar, su hangar tenía cupo para 5 aviones militares. La Compañía Mexicana de Aviación tenía la única concesión del aeropuerto, pero en 1932 le fue concedido permiso también a la Compañía de Servicios Centrales. Su ruta salía de México a Tijuana con varias escalas; Hermosillo Ciudad Obregón, Navojoa, Los Mochis, Culiacán, Mazatlán, Durango y León, Mexicali y Tijuana. El viaje duraba 11 horas 25 minutos. Otra compañía que llegó a Mexicali fue Líneas Aéreas Occidentales, a partir de 1934
Durante diez años el aeropuerto fue administrado por el gobierno y la compañía Mexicana de Aviación. En ese aeropuerto tuvieron lugar hechos notables para la época. En Tijuana, el gobernador había establecido una fábrica de aviones en 1927; la Compañía de Construcciones y Transportes S. A. durante el primer año de operaciones se construyeron tres aviones. Cuando se terminó el Baja California 1 y sucesivamente se construyeron los Baja California 2 y 3. Los pilotos de pruebas eran Rodolfo Fierro Villalobos y Luis Farrell Cubillas.
En esa fábrica de aviones trabajó el joven Antonio Magaña Navarro. El había llegado a Mexicali en 1927. Trabajó dos años con José María Rodríguez y aprendió mecánica. Allí conoció al gobernador Rodríguez, a quien le interesó por su afición a los aviones. Lo envió a trabajar a casa de su madre en San Diego y lo inscribió en el Instituto Mahomy Air Cost Corporation, donde se había construido el Espíritu de San Luis, de Charles Lindberg. Magaña terminó sus estudios en 1934 y regresó a Tijuana donde trabajó dos años y se relacionó con Rodolfo Fierro
Regresó a Mexicali en 1936 y poco después inició la construcción de un avión con el apoyo de un comité que encabezó el periodista Ángel Saldívar, con la participación de los profesores Héctor Migoni y Vicente Gastélum, Rodolfo Escamilla, Doctor Joaquín Galván y otros. En la escuela Industrial de Mexicali, donde ahora es el correo viejo, se terminó el avión que fue bautizado como “Mexicali”. Se programó su vuelo el 5 de marzo de 1937. El traslado del avión fue una fiesta para los mexicalenses, quienes acudieron a verlo pasar por la avenida Madero y Reforma.
El avión despegó y se elevó a unos tres mil pies de altura, se internó en territorio americano. El avión sufrió una falla y Magaña lo regresó a territorio de Mexicali, pero consideró que no era conveniente aterrizar en el aeropuerto, donde había unas 8 000 personas. El aterrizaje fue correcto, pero los surcos del terreno y la velocidad a que bajó destruyeron al avión. Antonio Magaña sólo sufrió algunas heridas.
Entre otros hechos importantes, en febrero de 1937 llegaron al aeropuerto de Mexicali los representantes de los agraristas Leonardo Guillén y Filiberto Crespo, quienes habían acudido a México a informar al Presidente Lázaro Cárdenas sobre el Asalto a las tierras Colorado River Land Company ocurrido en el valle de Mexicali, el 27 de enero. El presidente les entregó boletos para que regresaran en avión. Dos semanas después el aeropuerto se llenó de campesinos que esperaban la llegada de Gabino Vázquez, Jefe del Departamento Agrario, quien traía órdenes del presidente Cárdenas para realizar la reforma agraria en Baja California.
El Secretario de Comunicaciones y Transporte, Francisco J. Mújica pidió permiso para proteger en el hangar del aeropuerto al avión Stinson que vigilaba a la brigada de localización, durante la construcción de la vía del ferrocarril que unió a Baja California con el resto del país.
A finales de la década de los años treinta el aeropuerto quedaba ya en una zona muy céntrica y poblada, lo cual generaba diversos problemas. La gente que vivía alrededor del campo aéreo protestaba porque los aviones pasaban muy cerca de las casas. Por otra parte, la Compañía Mexicana de Aviación, que tenía la concesión del campo de aviación, protestaba porque los árboles sembrados en los alrededor eran en extremo peligrosos para los aviones.
El mismo gobierno del territorio, dueño de ese terreno, que había comprado a la Colorado River Land Company tenía el problema del crecimiento de la población y necesitaba los terrenos del aeropuerto, que ya tenían sistema de drenaje, para vender lotes y que se construyeran nuevas casas.
En 1937 se consideraba que el aeropuerto estaba en malas condiciones y la Secretaría de Guerra informó que “Se pretende retirarlo del servicio para fraccionar”. Para agosto de ese año se suspendieron los vuelos mientras se realizaban algunas obras de reconstrucción. El gobierno tuvo que hacer una inversión de $300 000 en la reconstrucción del aeropuerto, para que continuara funcionando.
Por el breve tiempo el servicio aéreo se suspendió, los empresarios protestaron por la falta de este servicio. Ellos aducían que la falta de otros medios de transporte y la lejanía de Baja California del centro del país, hacían indispensable el transporte aéreo. Fue necesario que el gobierno se avocara a buscar otro terreno donde pudiera establecerse un nuevo campo de aviación. Los representantes de las empresas mexicalenses gestionaron ante el gobernador la reanudación del servicio aéreo.
Las empresas que exigieron la reanudación del servicio aéreo fueron; la Cervecería de Mexicali, Chinese Ginning Company, las algodoneras McFadden y de Mexicali, Rivas y Compañía, Compañía Industrial Jabonera del Pacífico, Banco Mercantil, Compañía del Centro Mercantil de Baja California, Southern Sierras Power de México, Gallego y Alliegro, Compañía del Ferrocarril Inter_California, Expendio de Productos de Tocador y Belleza, Compañía de Hielo de Mexicali, Colorado River Land Company, Gallego Hermanos, Harinera de Mexicali, Compañía de Luz y Fuerza de Mexicali, Cervecería de Anza y Mexican Canal Company S. A.
El 23 de noviembre de 1937, el presidente Lázaro Cárdenas ordenó al gobernador Rodolfo Sánchez Taboada que entregara el aeropuerto a la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, con todas las construcciones y accesorios que se utilizaban, para evitar que se cerrara y continuara abierto al servicio público. La entrega se hizo hasta el 4 de diciembre de 1939
En ese tiempo, el aeropuerto de Mexicali perdió su categoría de militar. Los 39 militares que prestaban sus servicios en el aeropuerto que fueron retirados. Durante la Segunda Guerra Mundial, el ex presidente Lázaro Cárdenas estableció la Jefatura Militar en Ensenada y ordenó la construcción del aeropuerto militar en El Ciprés. Sin embargo, ante la inminencia de la guerra, el Presidente Manuel Ávila Camacho, a través del Secretario de la Defensa Nacional ordenó al gobernador Sánchez Taboada que los ejidatarios dejaran libres los hangares que usaban como almacenes. Los hangares se trasladaron a Ensenada por orden del General de Brigada Juan Felipe Rico.
Desde principios de noviembre empezaron las pláticas entre los campesinos del ejido Coahuila y el gobierno, para acordar el traspaso de un terreno para el nuevo aeropuerto. El 1 de abril de 1940, el jefe de Aeronáutica Civil del país notificó al gobernador Rodolfo Sánchez Taboada, que el inspector Gonzalo Carrasco llegaría para recibir el nuevo campo de aterrizaje. Se hizo la entrega firmando el Ingeniero piloto aviador Gonzalo Carrasco por la SCOP, el ingeniero Manuel Fernández Guerra por parte del Departamento de Obras Públicas del Territorio, Salvador López, Jefe de Campo de Mexicana de Aviación y Luis G. Herrera por la Compañía Líneas Aéreas Norteñas.
Aeronáutica Civil recibió un terreno para el nuevo campo de aterrizaje localizado 700 metros al sureste de la ciudad, en el ángulo noroeste del terreno del ejido Coahuila. Era un terreno de forma rectangular de mil metros por lado, cien hectáreas en total. La SCOP recibió también las 7 lámparas de 3000 watts para aterrizajes nocturnos que se usaban en el antiguo aeropuerto.
El nuevo campo de aviación carecía de edificios y el gobernador Sánchez Taboada informó a la Dirección de Aeronáutica que su gobierno carecía de los recursos para realizar las obras que requería el nuevo campo de aviación. En cambio ofreció el hangar del viejo campo de aviación, que era metálico y desmontable, siempre y cuando la SCOP construyera un edificio en su lugar, debido a que funcionaba como almacén de la Sociedad de Interés Colectivo Agrícola.
Cuando los campesinos se enteraron del proyecto de desmantelar el hangar, se dirigieron al gobernador y al director general del Banco Ejidal, para que no se llevara a cabo el desmantelamiento, porque el hangar se les había cedido por órdenes del presidente Lázaro Cárdenas y lo utilizaban de almacén. Como respuesta a las acciones de los ejidatarios, el gobernador se comunicó con el Ingeniero Marte R. Gómez, Secretario de Agricultura y Fomento
Ampliando mi telegrama relativo, tengo el honor de informar a usted, que el hangar del campo de aviación de esta ciudad, el gobierno del territorio a mi cargo, desde el año de 1937, lo puso a disposición de los elementos ejidatarios de este territorio, para que establecieran la Sociedad de Interés Colectivo Agrícola del valle de Mexicali. Se ha estado ocupando el hangar con dicho objeto…En los terrenos aledaños a los que ocupa el hangar de referencia se puso un cerco de alambre que limita un patio donde actualmente están las trilladoras de la Central de Maquinaria y establecieron una pequeña fábrica de sodas con un sencillo jacalón de adobe y lámina. Al retirar el hangar para el nuevo campo de aviación, el terreno sigue a disposición de la sociedad tantas veces mencionada, donde puede construir un local con bajo costo que satisfaga sus necesidades…
En el acto de recibir el nuevo campo, a la Compañía Mexicana de Aviación se le dieron 45 días para acondicionar el campo y realizar las obras necesarias para atender al pasaje, sin embargo la Compañía solicitó se ampliara el tiempo hasta 90 días. Así se inició la construcción de lo que sería otro nuevo aeropuerto para Mexicali.
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